El triángulo amoroso de Las chicas del cable

El triángulo amoroso de Las chicas del cable es la relación a tres entre Francisco (Yon González), Alba (Blanca Suárez) y Carlos (Martiño Rivas). La historia de amor entre los dos primeros es convencional… pero se le añade un tercer elemento que la hace imprevisible.

Lydia y Francisco… un amor imposible

Esta pareja se conoció de adolescentes y se amaron locamente. Pero la vida los separó y ahora otro infortunio del destino los vuelve a juntar. Ella es una hoja movida por el viento, sin rumbo, pero fría como témpano. Sólo mira por sus intereses. Él es serio, pero en su interior guarda un mar de lágrimas. La recuerda, en silencio. Fue el amor de su vida. Por eso cuando se la vuelve a ver, cuando su mirada cruza su estela, entonces sus sentimientos se remueven. Y saltaron chispas. No era para menos. Los amantes volvían a estar juntos. No importa si ella venía a robar. Nada importa ya, sólo dos corazones rotos… que se reconstruían.

Pero llegó Carlos… para interponerse

Entonces llegó Carlos para ponerlo todo patas arriba. Lidia se enamoró de él en secreto. Fue primero un infidelidad, después una pasión descontrolada y finalmente se amaron. Pero era un amor imposible, otro más, porque entre ambos está Francisco. Aun así Carlos luchará por su amor, para poseerla una vez más y para siempre. Se nota que entre ambos hay mucha tensión sexual, sentimiento y deseo. Se quieren. Pero les ha tocado vivir en un mundo que no es para ellos. El triángulo amoroso de Las chicas del cable les mata. Quieren ser uno… pero les costará horrores volver a ser felices.

El triángulo amoroso de Las chicas del cable

Como podéis ver la historia que tenemos en el triángulo amoroso de Las chicas del cable está cargada de amores prohibidos, infidelidades y secretos. Un mundo entero de dolor, mentiras y ausencias. Pasiones rotas. Son dos hombres y una mujer. Son amigos, pero se convertirán en enemigos. Todo por haber poseído a la única mujer que les roba el aire. Y sufrirán, por amor. Pero ambos disfrutarán, por turnos, de su cuerpo desnudo. Disfrutarán de su amor, de sus dudas e indecisiones. De sus ojos intensos, de su piel. Y de su deseo.

Deja un comentario