Black Mirror: Análisis de la temporada 6

Black Mirror regresa a nuestras pantallas con una temporada 6 compuesta por cinco nuevos episodios innovadores que siguen desafiando a los espectadores con su realismo fantástico. Después de cuatro años desde su última entrega, el creador Charlie Brooker vuelve a ofrecer ideas que reflejan nuestra evolución tecnológica y plantean semillas para el futuro.

Sin embargo, en esta ocasión, las ideas tecnológicas parecen haberse quedado rezagadas, ya que solo dos de los cinco episodios se centran en la tecnología, mientras que los otros tres exploran el terror en diferentes formas. En este artículo, analizaremos la temporada 6 de Black Mirror, descomponiendo las diversas lecturas que ofrece y evaluando si ha superado el bajón experimentado en la quinta temporada.

5 nuevos episodios que van de más a menos

En la evolución de las series antológicas, es común encontrar irregularidades, y la sexta temporada de Black Mirror no es una excepción. Entre los tres primeros episodios, encontramos al menos dos de los mejores de la serie: «Joan es horrible» y «Beyond the sea». Sin embargo, los dos últimos episodios son, al menos, uno de los peores de la serie, como es el caso de «Mazey Day».

Este contraste entre las dos partes de la temporada es notable. A pesar de ello, Brooker logra generar preguntas que despiertan la curiosidad del espectador y sigue siendo un abanderado del pesimismo evolutivo y el cinismo desvergonzado. Sin embargo, su retrato desmoralizado de la naturaleza humana no parece calar en el espectador, sino que lo observamos desde una distancia que nos impide sentirnos protagonistas de tal decadencia.

¿Merece la pena la temporada 6 de Black Mirror?

Black Mirror 6 episodios

Mazey Day

Comenzando por lo negativo, el cuarto episodio, «Mazey Day», se aleja del tono general de la serie y ofrece una crítica superficial al morbo, perdiendo la oportunidad de ser rompedor. Por otro lado, el último episodio no es ni bueno ni malo, simplemente existe. Aunque tiene un estilo retro atractivo, ha llegado tarde, ya que M. Night Shyamalan hizo una historia similar hace poco tiempo. Estos dos episodios decepcionantes carecen de la originalidad que solía caracterizar a Black Mirror.

Joan es horrible

Sin embargo, también hay aspectos positivos en esta temporada. «Joan es horrible», el primer episodio, es un comienzo prometedor y comparte similitudes con «Nosedive», el episodio que inició la tercera temporada. Ambos son una crítica a la ficcionalización agresiva de la realidad en plataformas como Netflix. «Joan es horrible» aborda la invasión de la privacidad a través de la representación diaria de la vida de una chica en una serie de una plataforma similar a Netflix.

Este episodio logra unir diferentes niveles narrativos en una idea superior: la teoría de la simulación.

Loch Henry

Por otro lado, «Loch Henry» se aleja de la tecnología y aprovecha la obsesión por los true crimes para criticar la necesidad de consumir contenido audiovisual constantemente. Aunque es algo redundante y predecible, plantea cuestiones interesantes y mantiene un ritmo fluido.

Beyond the sea

El tercer episodio, «Beyond the sea», es una obra maestra que no podría serlo sin su trío protagonista: Aaron Paul, Kate Mara y Josh Hartnett. Estos actores entregan una actuación increíble en un episodio que evoca fuertes emociones. «Beyond the sea» sigue a dos astronautas en una misión espacial de varios años, utilizando réplicas en la Tierra para desconectarse mentalmente y poder volver a su hogar.

El episodio aprovecha su estilo retrofuturista para ubicar uno de los sucesos más importantes de la historia contemporánea de Estados Unidos, generando un efecto mariposa que pone en peligro a los astronautas. Este episodio destaca por su necesidad mutua de sobrevivir a la exploración espacial. Puede considerarse como uno de los mejores capítulos de la serie.

Black Mirror: T6

Conclusión

A pesar de la falta de ideas tecnológicas innovadoras en la sexta temporada de Black Mirror temporada 6, Charlie Brooker sigue planteando preguntas interesantes en su serie distópica. Aunque algunos episodios no cumplen con las expectativas, como «Mazey Day», otros logran destacar, como «Joan es horrible» y «Beyond the sea». El retrato desmoralizado de la naturaleza humana y la crítica al mundo tecnológico siguen presentes, aunque no calen de la misma manera en el espectador.

A pesar de los altibajos, los espectadores seguiremos estando dispuestos a preguntarnos cosas sin importar las respuestas, y esperaremos con curiosidad una séptima temporada de Black Mirror, en la que esperamos que la serie retome su innovación y nos siga sorprendiendo con sus reflexiones sobre la sociedad y la tecnología.

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